La vuelta al cole

 "Ya está bien de tocar, has tenido las manos muy libres a lo largo de este verano, hay que volver a la disciplina". Con esta sentencia la Reina declaró finalizada la estación estival, adiós a las faldas vaporosas que jugaban al andar y al sentarse con sus distinguidas, suaves, firmes y níveas piernas. Adiós a las sandalias y a los dedos rematados con uñas pintadas de mil colores.Se acabó la complacencia que había tenido conmigo durante esa época, por el calor que hacía más difícil según ella controlar ataduras y administrar castigos.

 Fueron meses de excitación y de sumisión incondicional ante su presencia, pero algo anárquicos en el control y la disciplina, la Reina siempre sabe lo que dice. "A partir de este fin de semana volveré a imponer mi disciplina".

 Llegué como siempre dispuesto a disfrutar de su presencia, y soportar con placer sus caprichos y órdenes. Terminada la cena habitual, tan plácida y encantadora me ordenó subir a la habitación de tortura, me ordenó igualmente desnudarme, seguí todos sus dictados inmediatamente. Acto seguido apareció vestida con la elegancia de una institutriz clásica, tratándose de la Reina era la directora sin duda, tacones afilados, medias negras, falda estrecha y hasta la rodilla que remarcaba todavía más la delicadeza y elegancia de su silueta.

 Sin mediar palabra amarró fírmemente mis muñecas a una estructura dejándolas a la altura de los hombros. Ya indefenso, tomó su fusta y comenzó a castigarme levemente. "Vamos a repasar las lecciones del curso pasado" dijo. "¿Quien es la dueña de tu sexo y de tus orgasmos?", "Mi Reina" respondí, "vamos a ver si te acuerdas" susurró.

 Es dura la vuelta al cole, después de las vacaciones casi se te olvida el nivel de exigencia que la Reina mantiene. Después de algunos fustazos de calentamiento, la Reina tomó asiento, se desprendió de su falda dejando a la vista sus medias enfundando sus preciosos muslos, comenzó a jugar con sus pies y mi pene. Consiguió excitarme con facilidad. "Recuerda lo aprendido, sin correrse hasta que yo te dé permiso". Me tuvo excitado y tembloroso una eternidad, igual no fué tanto tiempo pero a mi me lo hizo padecer como si lo fuese. Cansada del juego me desató, me llevó a otro extremo de la habitación, se sentó y ordenó "Mastúrbate delante de mi", seguí sus instrucciones mientras contemplaba la luminosidad de la piel de sus muslos, se había desprendido de una de las medias, la turgencia de sus senos, la alta definición de lo carnoso de su boca, su mirada profunda e hipnotizadora. Tuve que hacer verdaderos esfuerzos para contener mi semen.

 Continuó implacable, me obligó a tumbarme en el suelo, siguió jugando con el pie que se había dejado desnudo, mi pene ardía, me encontraba tembloroso, la Reina estaba totalmente ejerciendo su control sobre mi. En ese momento, la situación giró. Me obligó a sentarme, amarró de nuevo mis manos a los brazos de la silla. Hubo un silencio expectante, densos momentos cuando la Reina está silenciosa, normalmente es bastante habladora. Tomó un consolador de una vitrina próxima y comenzó a masturbarse delante de mi, " ahora soy yo quien se masturba" dijo sonriente, "pero a diferencia de ti yo tendré los orgasmos que desee, ya veremos que pasa contigo..."

  ¿Que nuevas experiencias tendrá la Reina pensadas para este nuevo curso?...