domingo, 10 de marzo de 2013

En control desde primera hora

A la mañana siguiente de la sesión nocturna, la Reina se sintió predispuesta a hacer una exhibición de su poder, a afianzar su mando, no sé muy bien con que intención, pero me esperaba sentada en la mesa del salón donde supuestamente iba desayunar ataviada con una nueva lencería estampada de leopardo. Me ordenó desnudarme, "acércate" dijo, tomó mi pene, "no se te ocurra tocarme", y comenzó a masajearlo con sus manos tan suaves y blancas como firmes.

 Cuando me excitó lo que consideró oportuno, siguió con sus instrucciones " arródillate y adórame", lo hice sin dudar, Queen Horten se tumbó sobre la mesa mientras yo seguía de rodillas ante ella, dejándome contemplar de reojo una perspectiva de sus pies y piernas que sólo puedo describir como maravillosa, sólo quienes han estado sometidos a ella pueden experimentar algo así.

 "Basta" exclamó, se levantó de la mesa con movimientos felinos acentuados por su nueva indumentaria, situó una silla y se sentó en ella, entonces ante mi sorpresa se enfundó unos guantes tambien con motivos de leopardo, empezó de nuevo a trabajar sobre mi sexo, consiguió de él una excitación todavía mayor, me hizo sentir la tensión de un Ama que sabe lo que hace y lo que quiere mezclados con el novedoso tacto de sus guantes. "No se te ocurra correrte" dijo como nueva instrucción.

 "Estoy cansada, quiero ver como te masturbas ante mi", la miré y comencé a hacerlo lentamente, era consciente de que si lo hacía de otra forma poco podría aguantar, para hacerlo más difícil la Reina adoptó otro de sus posados más sexys y excitantes, cruce de piernas espectacular, erguida haciendo destacar sus senos, y por si fuera poco su fusta, con la que comenzó a castigar mis pezones, sabe muy bien Queen Horten comomezclar excitación sexual y castigo y humillación, cóctel perfecto de adrenalina.

 "Para" exclamó, así me quedé con el pene en ebullición, la Reina sonrió displicentemente, descruzó sus preciosas piernas, comenzó el castigo de mi sexo a base de golpes de fusta, la excitación que ya se acumulaba y esto hizo que estuviese a punto de reventar, la sangre de agolpaba en él con una excitación indescriptible.

 "Túmbate encima de la mesa" ordenó, se sentó encima de mi y siguió con su labor de demolición sobre mi pene, nunca caricias pudieron significar tanta tortura, todo mi cuerpo estaba tenso, me retorcía de excitación mientras Queen Horten sonreía con un gesto tan suyo que ningún ser en el mundo podría ni tan siquiera imitar, primero las manos, después sus piernas, ella sabe que no puedo hacer nada ante ellas más que adorarlas.
 "Seguro que ahora te gustaría que siguiera con la lengua ¿no?", ni contesté, símplemente no podía, "tengo ganas de desayunar, pero serán otras cosas las que me meta en la boca, el único que va a chupar algo serás tu, levántate", lo hice a duras penas, estaba totalmente rígido, no sólo el pene, todo mi cuerpo de la tensión acumulada y no liberada, "abre la boca", introdujo uno de sus tacones en ella, "chúpalo", así me tuvo un rato, "bueno ahora que ya hemos terminado la felación que faltaba, a desayunar".

 Queen Horten, única, adorable, irrepetible.