miércoles, 14 de noviembre de 2012

PERSONALIDAD DOMINANTE


Personalidad dominante: ¿se nace o se hace?

Aunque es un tema que puede ser objeto de discusión, la pregunta si nacemos con una personalidad dominante o sumisa, o por el contrario es parte de nuestro aprendizaje, somos nosotros los que vamos formando a lo largo de los años esa parte de nuestra personalidad.

Por supuesto nuestra personalidad se puede moldear, cambiar, maquillar esas características que no nos gustan, pero la personalidad dominante nace con nosotros, y va acompañada de otros rasgos, ya sean defectos o virtudes típicas de personas que les gusta tener un control sobre casi todas las facetas de su vida, aunque poco a poco te das cuenta que es demasiado cansado, e intentas limitar ese control a determinados aspectos de importancia. Así como leía hace poco en un artículo que para ser un buen esclavo es necesario tener una alta autoestima, la personalidad dominante va acompañada de una buena dosis de persistencia, no nos rendimos fácilmente, aunque a veces defectos como la impaciencia, la imprudencia y ser demasiado arriesgados acompañan a esta personalidad.

Estoy convencida que se nace con la personalidad dominante, recuerdo desde muy pequeña que mi madre, siempre me recordaba el tipo de profesión que debía elegir, como decía ella: “hija, tienes que mandar porque en otro caso lo vas a pasar mal”, supongo que ella ya se daba cuenta de mi necesidad de control. Es cierto elegí una profesión en la que constantemente tengo que decidir, pero no es precisamente mi profesión la que me hace sentirme realizada (estoy segura que hay sumisos que desarrollan parecido o igual puesto de responsabilidad), sino es en la maravillosa relación personal que mantengo con mi esclavo donde alcanzo la plenitud y satisfacción que hasta ahora no había experimentado, un amor intenso difícil de describir.

No sé lo que pensáis los que os acercáis por este blog…