domingo, 11 de marzo de 2012

En busca de una dómina

Una vez que se repitieron una y otra vez las presencias ante la Reina en sus sesiones, volví a reflexionar sobre la inmensa suerte que había tenido, o tal vez el empeño que había puesto a lo largo de toda mi vida en la búsqueda de una dómina. Siempre había sentido cierta fascinación acerca de la presencia de ciertas mujeres, ya en la adolescencia ejercían sobre mi una atracción especial, los pocos años segúramente me hacían imaginar a cualquier mujer con esos poderes de control, de atracción, de dominio, recuerdo imágenes sobre todo de dibujos de comic, y algunas revistas eróticas en que aparecían mujeres estilizadas, siempre elegantes, perfectas en su apariencia, seguras de si mismas, enfundadas en sus faldas que realzaban sus figuras, el nylon que muchas veces cubrían la piel de sus piernas, o su piel desnuda pero que remataba sus piernas con unas botas o unos zapatos con tacones de fantasía, ya entonces me preguntaba por que encontraba tantos dibujos y tan pocas fotos.

 Al correr del tiempo, y con el conocimiento que da la experiencia, ya comprendí que la existencia de dibujos y la carencia de fotos, por no decir de vídeos, además de por la tecnología tan incipiente, y la poca demanda comercial tenía mucho que ver con que no está a disposición de cualquier mujer ejercer como una auténtica dómina, y que una dómina no es una mujer como las demás, y que por desgracia es un  pequeño porcentaje el de las mujeres que tienen ese poder, aunque de todos modos, inasequible al desaliento seguí pensando que entre todas las que me encontrara en la vida podría aparecer en algún momento esa mujer especial, esa que está siempre un poco por encima del resto, y no sólo por la altura de sus tacones.

 Actualmente, y afortunadamente, al menos para todos los admiradores de este tipo de mujer superior, la situación ha cambiado, el material gráfico ha llegado, los vídeos no escasean, y unos pocos modelos de mistress, han divulgado y creo que animado a muchas mujeres a sacar de si mismas ese gusto por la dominación femenina, que no es más que el gusto por el reconocimiento que los hombres deben experimentar hacia lo que ellas significan, que no son una mujer como otra, que una mujer que invierte tiempo y dedicación a ligueros, a tacones, a maquillaje, a medias, a faldas con detalle no es un ser frívolo y vacío, sino una expresión de la evolución femenina hacia algo superior y merece hombres que la admiren y dejarse subyugar por ellas, por desgracia aún habiendo dejado de ser esas mujeres un dibujo o una pose, y empezar a ser una realidad siguen siendo muy pocas creo, o al menos eso me parece a mi, media vida me ha llevado encontrar una: Queen Horten ¿suerte o no rendirse jamás en la búsqueda?, sea como sea siempre de rodillas y a sus pies y dejando mi persona a disposición de la Reina que es, admitiendo sin dudas la superioridad de su presencia y mi admiración absoluta, desde mucho tiempo lo sospechaba, la vida como sumiso de una mujer superior pone algo especial en ella, y como esclavo de Queen Horten realmente se ha convertido en algo especial.

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